No juegues con cualquier cosa

No juegues con cualquier cosa

Siempre que veo en la playa a dos personas jugando con unas palitas de juguete recuerdo la importancia que tiene el uso de un material adecuado y profesional en todos los ámbitos de la vida. Es muy díficil jugar con esas palitas finas y pequeñas que parecen a punto de cascar a cada golpe. Generalmente lo único que se consigue es agachar mucho el espinazo y enfadarse con el compañero porque no nos pone la bola donde nosotros queremos.

A mí esas palitas me recuerdan a los mal llamados procesos negociadores donde lo único que cabe es el regateo, el ganar del más fuerte sobre el más débil, el ceder por «una paz, un avemaría». Uno. dos, tres golpes a lo sumo y las palas cascan y el juego acaba. Y ya no te apetece volver a jugar más. Total, ¿para qué?, ¿para pasarme el juego doblando el espinazo y quejándome?. No, para eso no juego.

En cambio, las palas hechas con buenas maderas, con un buen diseño específico para el juego, ligeras pero resistentes; esas palas me recuerdan a la negociación con palabas mayúsculas. Cuando dos personas se encuentran para encontrar una solución que les satisfaga a ambos y sin ponerse barreras ni límites a la hora de hallar esa solución.

Escoger un material adecuado es sinónimo de formación y preparación. Es un paso de gigante hacia el éxito, en el buen sentido de la palabra, del proceso negociador. En cambio, acudir a la mesa de negociación con las palitas de juguete, entendidas como el único recurso al regateo y el farol, es un paso de gigante al fracaso, en el mal sentido de la palabra.

Yo, hace años tuve la suerte de reencontrarme con un compañero de la infancia, que me facilitó unas palas artesanales, hechas a mano, con buenos materiales y mejor diseño, y desde entonces, siempre intento llevarlas conmigo.

En verano; a la playa; y en invierno; al despacho.

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salud !!!

;; orbe

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Hijo, nieto y sobrino de marinos

Enrolar esa tripulación idónea, diversa y diferente para cada viaje en que nos embarquemos; fijar destino, escoger rumbo y zarpar junto con el cliente; esta es la magia de ;; abogacía artesana.