Innovación: una mirada desde la escucha

Innovación: una mirada desde la escucha

Probablemente sea una de las palabras de moda: Innovación. Casi se puede convertir en un mantra que al final del camino pierda su sentido. Ahora, en la mayor parte de las ocasiones, es un palabra. Una palabra peligrosa. Hablar de innovación y todo lo que ello conlleva puede ser considerado un sinsentido. La innovación no se cuenta, no se habla, no se fragmenta, no se procesa, no se metodologiza, la innovación se escucha y se crea.

Para innovar, en el sentido de crear algo nuevo, debemos estar muy atentos, con una finísima escucha de lo que está pasando a nuestro alrededor; casi diría que el peor enemigo de la innovación es, precisamente, la voluntad de ser innovadores. La innovación no la podemos crear de antemano, la innovación nos crea a nosotros. Nada nuevo puede pasar si queremos que pase. Si queremos que pase algo, ya no es nuevo, es viejo, ya pasó. Para dejar paso a lo nuevo debemos estar atentos a lo que está pasando en este mismo instante. Es este mismo instante donde la innovación se produce, no ayer ni mañana. Ahora se está produciendo, sólo hace falta estar atento y lo verás. Verás cómo millones de milagros se están produciendo.

Necesitamos innovar porque partimos del mensaje de que hacemos las cosas mal. Probablemente sea cierto, pero ese no es el camino para innovar. Para innovar no partimos de nada, más allá de lo que tenemos en este momento y desde ahí permitimos que se cree algo. Algo nuevo, algo adecuado al momento, al presente. Algo verdadero, en el gran sentido de la palabra.

No pienses en innovar, vive este momento con todos tus sentidos. Eso es innovación.

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Hijo, nieto y sobrino de marinos

Enrolar esa tripulación idónea, diversa y diferente para cada viaje en que nos embarquemos; fijar destino, escoger rumbo y zarpar junto con el cliente; esta es la magia de ;; abogacía artesana.