No todo son clavos

No todo son clavos

Hace unos días asistí al curso de Negociación basado en el método de Harvard organizado por la Asociación de derecho colaborativo de Euskadi e impartido por Emiliano Carretero de la Universidad Carlos III de Madrid.

Entre lo que allí se trató salió el recurrente tema de la saturación de la administración de justicia española y de la escasa implantación de los llamados Métodos alternativos de resolución de conflictos (MASC). Razones para explicar esta situación se pueden encontrar en distintos ámbitos; desde la tibia apuesta por estos métodos alternativos por parte de la administración pública (aquí se ha optado por las tasas judiciales para rebajar de trabajo a los tribunales) al escaso conocimiento de la ciudadanía del alcance y contenido de estos métodos.

Sin entrar en un análisis detallado de los motivos de esta situación a ningún jurista se le escapa que a los abogados (y todavía en mayor medida a jueces, fiscales y procuradores) se les entrena y prepara para hacer de la alternativa judicial su primera y, en algunos casos, única vía para la resolución de la cuestión que nos plantea el cliente.

Alternativa la judicial que, sin duda alguna, debe ser conocida y practicada por los profesionales del derecho. Probablemente en muchos casos con un caracter preferente. Sin duda alguna. Pero, ¿qué ocurre cuando es nuestra única alternativa?.

Ocurre lo que le pasa al martillo: que para él todos son clavos.

Hoy día muchos juristas no queremos trabajar sólo con martillos en nuestro taller. Para hacer un trabajo artesano, enfocado al asunto, al cliente y a nuestro estilo profesional es necesario dominar variados instrumentos, diferentes técnicas, trabajar con diferentes materiales y, en suma, permitir que nuestro trabajo sea lo más rico y adecuado posible. Y para esto, a veces, no basta con el martillo dado que entre las personas que se acercan a nuestros despachos no todos son clavos.

salud !!!

;; orbe

;; orbe

Hijo, nieto y sobrino de marinos

Enrolar esa tripulación idónea, diversa y diferente para cada viaje en que nos embarquemos; fijar destino, escoger rumbo y zarpar junto con el cliente; esta es la magia de ;; abogacía artesana.